Y como siempre es un placer poder saber un poco más de las personas que nos hacen disfrutar con sus historias, por eso voy a iniciar una ronda de entrevistas -con las personas que van a ir publicando en este nuevo sello- que espero os guste.
Os quiero.
ENTREVISTA A MARISA SICILIA
N. Ante todo, Marisa, gracias por dedicarme tu tiempo para que las lectoras te conozcan un poco más.
Eres licenciada en economía, gestionas tu propia empresa y escribes romántica. Doy el dato para los que piensan que las lectoras de novela romántica no son cultas. ¿Cómo compaginas el frío mundo del dinero con el calor del romanticismo?
M. Gracias a ti, Nieves. Es un placer charlar un ratito contigo. Y en cuanto a la pregunta (y dejando a un lado el tópico de lectora romántica igual a lectora poco formada que a mí también me subleva y que no tenemos otra forma de combatir que callando la boca con hechos a todos los que hablan sin saber), pues intento compaginarlo lo mejor que puedo.
El frío mundo del dinero, o también podríamos llamarlo el trabajo de 9 a 14h y de 17 a 20 h, es eso, mi trabajo. No me quejo porque es un buen trabajo y lo mejor es que no tengo jefe (aunque sí muchas obligaciones) pero sigue siendo un trabajo. Escribir romántica, en cambio, es mi vicio, mi placer, mi afinidad. Me encanta y llena la mayor parte de mi tiempo libre.
Y también pienso que no son inclinaciones incompatibles, siempre me han gustado tanto los números como las letras, y aunque pueda parecer que no tienen nada que ver, estoy convencida de que mi mente matemática me ayuda a la hora de escribir. En todas mis historias antes o después llega cierto punto en el que me planteo el cierre de las tramas como si fuese la resolución de un problema. Todo me tiene que cuadrar. Y ahí mi parte lógica y ordenada me ayuda mucho. Así que mi profesión y mi afición no se estorban, sino que se complementan, aunque me sigan faltando horas en el día…
N.¿Qué supuso para ti quedar finalista dos años en el Certamen de Vergara-RNR?
M. Supuso dos de los momentos más emocionantes de mi vida. Esos en los que el tiempo se detiene y no das crédito a lo que ves, pero sabes que es cierto, que no estás soñando, que está escrito ahí negro sobre blanco y no va desaparecer por muchas veces que lo mires. Y ni siquiera soy capaz de decidir cuál de las dos ocasiones fue mejor. La primera me tomó totalmente desprevenida y la segunda pensaba que era tan difícil volver a repetir que tampoco me lo creía. Pero sin duda esta segunda fue algo así como decir: esto ya no puede ser casualidad, no tengo que hacerlo tan mal… Fue un gran espaldarazo de confianza, y la confianza, para una escritora novel y desconocida como yo, es algo que vale su peso en oro.
N.¿Has enviado novelas a las editoriales o solo has participado en concursos?
M. Tras quedar finalista por primera vez me animé a mandar manuscritos a varias editoriales, pero en mi experiencia es un largo y tortuoso camino. La gran mayoría no me respondieron, algunas a pesar de que decían que siempre lo hacían. Comprendo que se vean desbordadas, pero eso precisamente me hace valorar aún más la oportunidad que ofrecen certámenes como el de Vergara-RNR. Hace muy poco oí a una editora explicar que recibían cerca de doscientos manuscritos al año y que les resultaba imposible leerlos todos. La participación en el último Certamen fue de ciento setenta y un manuscritos y me consta que todos los escritos recibidos son leídos y tratados por igual. Creo que eso dice mucho del trabajo que desempeñan y de la calidad de las personas que forman parte del jurado. No conozco otros concursos y no puedo opinar, pero para mí el certamen Vergara-RNR será siempre el CERTAMEN, así, con mayúsculas.
N.¿Que sientes al ver la estupenda portada que ha diseñado Rosa Gámez para tu novela de la selección RNR, El juego de la inocencia?
M.¡Pues que es preciosa! Cálida, brillante, sugestiva. Intrigante como para hacer que te preguntes qué hay en su interior. Rosa tiene esa difícil facultad de conseguir captar en sus portadas el alma de las novelas. Es una gran suerte contar con ella que no se conforma con hallar una imagen bonita o más o menos relacionada. Se trata de algo más sutil y también más valioso y estoy segura de que gran parte de la buena acogida de la novela se debe a la portada, porque quien no sabe nada de ti solo puede juzgar por la primera impresión que recibe y eso es todo mérito de Rosa.
N.¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar para la selección RNR?
M. Muy, muy buena. Ha sido un trabajo de equipo, muy cercano y cuidado. Un trabajo en el que se ha ido paso a paso intercambiando opiniones y aportando ideas para tratar de obtener el mejor resultado posible: el nombre de la novela, la portada, la revisión… además de que ha sido todo muy rápido. Es curioso porque desde que supe que iba a publicar, los días se me hacían eternos. Pero ahora miro hacia atrás y pienso que solo hace tres meses que salió el resultado del certamen y ahora ya cualquiera que lo desee puede leer El juego de la inocencia. Si me lo hubiesen dicho en noviembre no me lo habría creído.
N. ¿Cómo creas la historia? Ya sé que es la pregunta del millón pero ¿cómo te documentas?
M. La historia comienza siempre por una idea pequeña que poco a poco va creciendo en mi cabeza. Antes de comenzar necesito tener una idea clara de lo que va a ocurrir, pero solo en cuanto a las líneas generales. Los detalles, las escenas, los diálogos, las reacciones van naciendo a medida que escribo, yo misma voy descubriendo la historia. Es muy estimulante y nunca deja de sorprenderme esa especie de magia que hace que la novela crezca de forma casi independiente de mi voluntad.
Y en cuanto a la documentación es más bien un proceso de inmersión. Cuando estoy escribiendo la música que escucho, las lecturas que leo, las vidas en las que pienso son aquellas que transcurren en la misma época que la novela. Y lo que más me ayuda son las historias y los acontecimientos reales. Creo que es la mejor fuente de inspiración, saber cómo vivían y a qué problemas tuvieron que enfrentarse los contemporáneos a mis personajes. Luego ya es cuestión de comprobar datos y fuentes, y eso, con las facilidades que ofrece hoy en día internet, es una tarea mucho más sencilla de lo que podía ser hace unos años. Resulta enriquecedor y divertido, siempre aprendes mucho documentándote.
N.¿Por qué histórica?
M. Porque es tan bonita… o al menos a mí me lo parece. Además, permite reflejar modos de pensar y sentir distintos a los actuales y en los que, sin embargo, podemos reconocernos. Por mucho que haya cambiado la mentalidad, pienso que cualquier mujer puede entender la mezcla de temor y expectación que, por ejemplo, sentiría una muchacha en el 1800 ante su noche de bodas. Las costumbres cambian pero los sentimientos permanecen. Me gusta mucho tratar eso, comportamientos distintos pero identificables. Y luego también está la ambientación, lo mismo puedes transportarte a un castillo en la edad media que a un baile de máscaras en pleno renacimiento. ¿A quién puede no gustarle eso? Yo lo adoro.
N.¿Te resulta cómodo escribir las escenas eróticas?
M. No, tengo que reconocerlo, me cuesta muchísimo escribir erótica e incluso diría que me supone una especie de conflicto. Por supuesto, como a todo el mundo, me gustan las escenas sugerentes, apasionadas, incitantes y ¿por qué no? explícitas, pero siempre que tengan un porqué, siempre que no me sienta “agredida” por un lenguaje o un comportamiento fuera de contexto y siempre que se trate de algo más que mera descripción mecánica.
Y la pura verdad es que en mis anteriores historias apenas había escenas eróticas, también porque sinceramente creo que no las necesitaban, pero cuando se me ocurrió la idea de El juego de la inocencia tuve claro que la base de la historia sería una relación física y muy sensual. Dudé mucho antes de decidirme porque no estaba segura de si sería capaz de plasmarlo tal y como lo imaginaba. Pero como me entusiasman los retos, al final me lancé y espero haberme acercado a lo que pretendía. Incitar más que mostrar y sugestionar sin avasallar.
Y también quería aprovechar para comentar que estos días he leído comentarios de lectoras que decían que no les atraía El juego de la inocencia porque no leen erótica. Ya sé que la mía no es una recomendación imparcial, pero creo de veras que es una historia que puede gustar incluso a quienes no leen habitualmente erótica. A mi madre le encantó, así que con eso os lo digo todo…
N.¿Te has planteado alguna vez publicar con un seudónimo anglosajón?
M. Una vez que quedó decidido el título de la novela, surgió el tema del nombre. Desde RNR me preguntaron qué nombre iba a usar. Aunque renunciar a tu nombre parece que es como renunciar a parte de ti, tengo que decir que tuve mis dudas. Por mucho que ya no sea igual que antes, es un hecho que un nombre anglosajón aporta una especie de prestigio prestado, quizá porque la gente piensa (yo también lo he pensado alguna vez), que si es de fuera y ha llegado hasta aquí es porque tiene que ser buena…Y como cualquier ayuda es de agradecer cuando estás empezando, no es algo como para rechazar a la ligera considerar el usar un seudónimo. Pero también pensé que hay mucha gente como tú, como Lola Rey, como Ana Iturgaiz o muchas otras que han conseguido hacerse un nombre sin necesidad de renunciar al suyo, así que decidí que yo también quería intentarlo y me quedé con Marisa Sicilia.
N.¿Qué quieres escribir en un futuro próximo?
M. Estoy en los primeros pasos de una novela que también es histórica pero más contemporánea. Transcurre en Viena a mediados de los años veinte principios de los treinta del pasado siglo. La Belle Epoque, la gran depresión, la aparición del nazismo… Ese es el contexto, un mundo muy cambiante para unos personajes un poco perdidos en medio de tantas transformaciones. Ella es una chica muy joven enamorada perdidamente de un amigo de la familia, él es atractivo, adorable, encantador… pero no quiere comprometerse con ella. Es una historia que lleva tiempo en mi cabeza y quiero cuidarla y vivirla, como siempre, pero más ahora que he publicado y la responsabilidad es mayor. Así que espero que sea sentida y merezca la pena, aunque me lleve más tiempo…
N. Una novela que te guardas como un tesoro.
M. Lo que el viento se llevó. Es una edición vieja, gastada y con las hojas sueltas que leí decenas de veces. Me da miedo hasta abrir las tapas. Lo tengo guardado en un cajón y cuando me lo encuentro siempre me dan ganas de acariciarlo.
N. Un autora que te sirve de referente.
M. Eso es muy difícil, pero si tengo que elegir una sola creo que me quedo con Victoria Holt. Admiro mucho a Victoria porque no tenía reparos en saltar de una época a otra y en todas resultaba creíble y cómoda, porque me fascina la elegancia y el estilo con que el que trataba cierta oscuridad que a menudo encontrabas en sus novelas, y sobre todo seguramente porque fue la primera que descubrí propiamente del género cuando tenía dieciséis años, y eso te marca.
N. Un protagonista masculino.
M. Aquí tengo que volver a Lo que el viento se llevó y a Rhett Butler. Fueron muchos años de adolescencia soñando con Rhett. Él es mi protagonista masculino preferido sin duda, mi antihéroe favorito, mi arquetipo, mi primer gran amor literario.
N. Un color.
M. El amarillo, cálido, luminoso, como el sol.
N. Un postre.
M. Helado de vainilla con trozos de chocolate y sabor a menta de una marca que no voy a nombrar para no hacerle una publicidad que no me van a pagar, pero que empieza por H y acaba por Z. Está tan bueno que no sé cómo no está prohibido.
N. Una ciudad.
M. La que tengo más cerca: Toledo, porque, aunque hay muchas maravillosas, Toledo la tengo al alcance de mi mano y es una ciudad mágica, evocadora y romántica como muy pocas. Os la recomiendo sin dudar. Si tenéis ocasión no dejéis de pasear de noche por sus calles estrechas, y si es en compañía mucho mejor.
N. Un sueño.
M. Un sueño… tengo muchos pero ahora hay uno que destaca sobre todos los demás: publicar en papel, ver un libro con mi nombre en una estantería. Tampoco es tanto pedir, ¿no? Sería muy bonito, así que no queda otra que seguir trabajando que es la mejor forma de conseguir que los sueños se hagan realidad.
N. De nuevo, gracias por contestar. Mi mayor deseo es que sigas escribiendo, que nos dejes compartir tus historias y que tengas éxito.
M. Lo mismo te deseo, Nieves, y muchas gracias no solo por hacerme un hueco en tu blog sino también por ser ejemplo y referencia para todas las que queremos dedicarnos a esto. Y a tus lectoras también gracias por concederme un ratito de su tiempo. Un saludo para todas.
Para conocer más de esta autora:
http://marisasicilia.blogspot.com.es/